Madagascar VII, jornadas intensas de trabajo y alta incidencia de nuevas patologías oftalmológicas

El dispensario contaba con consultas y zona quirúrgica juntas lo que facilitaba la labor del equipo de voluntarios de la Fundación Arruzafa atendiendo así a más de 1.000 pacientes e intervenido a 101


Un equipo de ocho voluntarios de la Fundación Arruzafa compuesto por el oftalmólogo y director médico del Hospital Arruzafa Juan Manuel Laborda, el también oftalmólogo Francisco Argüeso, el anestesista Timoteo Jodral, las optometristas Alicia Navarro y Lidia Clavijo, la enfermera Inés Calvo y las auxiliares Gema Blanco y Ana Rentero pusieron rumbo hacia Tsiroanomandidy (Madagascar) durante los días 3 al 14 de junio de 2017 para desarrollar la séptima campaña de atención oftalmológica.

Este proyecto, que se inició en el año 2008 en esta región africana, tenía como objetivo prestar asistencia óptica, oftalmológica y quirúrgica a la población del distrito de Tsiroanomandidy y Ambohimiarina en colaboración con la Misión Trinitaria, a cargo del padre Julián Cadenas.

Desde la segunda expedición de la FA a Tsiroanomandidy, se decidió -por consejo local- “cobrar” a los pacientes para que valorasen la atención recibida. La recaudación obtenida se entregaba al final de la expedición a las fundaciones u organizaciones locales para cubrir sus necesidades. La cifra que se fijaba era de 1.000 ariary (un euro es igual a 3.500 ariary), de forma que, pagaban treinta céntimos por consulta, cirugía o gafas. Aquellos que no disponían de dinero, se les atiendía igualmente. Así, se recaudaron 2.100.000 ariary, de los cuáles, 1.300.00 fueron entregados a las monjas trinitarias para la comida de los presos de la cárcel local y 800.00 para el asilo de la misión.

El equipo de profesionales trabajó cómoda y eficazmente al disponer de un dispensario que tenía las consultas y la zona quirúrgica juntas. Cinco de ellos estuvieron en quirófano y tres pasando consulta. Igualmente, pudieron contar con la colaboración de varios intérpretes que les facilitaron mucho su labor a la hora de trasmitir la información a los pacientes. Estos eran Faniri, Prisca, Mialy, Heritiana, Romi, Sor Cristina y Sor Verónica. Las jornadas, bastante agitadas, comenzaban temprano desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde cuando ya anochecía, con aquellos que esperaban en consulta, los intervenidos del día anterior, etc. Todo a una. Destapar, lavar, explicar y ver sus caras de emoción tras la intervención.

Se pasó consulta nueves días en la nueva clínica con una alta demanda de pacientes. Se atendieron 1.319 personas, de los cuales, 791 eran nuevos y 528 revisiones. Se les indicaron tratamientos farmacológicos y entregaron 608 gafas pre-montadas y 340 de sol. Además de 85 gafas de graduación especial donadas por la óptica Jesús de Úbeda.

En cuanto a las cirugías, se realizaron 101 intervenciones, la mayoría de cataratas (94 cirugías de catarata, cuatro de pterigium, un nevus, un granuloma y una membrana). La Fundación Arruzafa trasladó, como en expediciones anteriores, el facoemulsificador, un estirilizador y una lámpara de hendidura portátil.

INCIDENCIAS

En esta expedición, el equipo de profesionales de la Fundación Arruzafa pudo constatar la incidencia de nuevas patologías como retinopatías diabéticas cada vez más serias, que antes era raro verlo. Un desprendimiento bilateral en una adolescente o una niña de ocho años, llamada María Robin, que tenía cataratas en ambos ojos y fue operada. Además de un bebé de cinco meses con una conjuntivitis severa, probablemente por clamidia, y glaucomas en evolución para los que se les dejaba prescrito un tratamiento que, luego, no seguían. Lo más relevante era la falta de higiene debido a que no tenían acceso a agua o jabón, un lujo para muchas personas en esa zona.

La misión había llegado a su fin con todos los objetivos cumplidos pero con la necesidad de continuar con este proyecto ya que la población no tenía acceso a este tipo de servicios. Por ello, se debía mantener las consultas periódicas, suministrar material óptico, medicación y dar soluciones quirúrgicas a aquellos pacientes que lo requiriesen. Además de completar y mejorar el material técnico de las nuevas consultas, mantener las recientes instalaciones y formar al personal sanitario local para reforzar, durante todo el año, la asistencia a los enfermos.

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